En los 50 días que completa el paro de la Rama Judicial, que va camino de ser el más largo de los últimos años, el tema de la nivelación salarial es uno de los ‘inamovibles’.
Los que promueven la protesta pretenden que se acelere el proceso, que según el acuerdo que permitió levantar el paro del 2012 debe ser gradual hasta el 2018. Y el Gobierno y la Judicatura señalan que no hay de dónde sacar en este momento los entre 3 y 6 billones de pesos que valdría desconocer el arreglo de hace dos años y las gabelas adicionales que quieren los sindicatos. (Lea también:Presidente Juan Manuel Santos exhortó a que se conjure paro judicial).
El análisis de lo que ha pasado en materia de sueldos de los funcionarios de la justicia en los últimos 20 años lleva a dos conclusiones. Por un lado, que en efecto los diferentes gobiernos han alargado el cumplimiento de varias normas que obligaban al aumento de salarios teniendo como parámetro el de los magistrados de las altas cortes. Y como estos últimos están amarrados a los de los congresistas, la base de referencia está por encima de los 24 millones.
La segunda conclusión, sin embargo, muestra que en el mismo lapso todos los salarios de la Rama Judicial han crecido, de lejos, por encima de los de los trabajadores colombianos. (Abrirán sedes alternas para mitigar paro judicial).
En 1993, por ejemplo, el sueldo de un magistrado de tribunal, que estaba en 900.000 pesos, se duplicó a 1,8 millones (hoy supera los 15 millones). Y desde entonces los salarios de la Rama, en general, han venido en crecimiento sostenido.
En el 2002, un sustanciador (los auxiliares de los jueces) recibía 1’320.000 pesos. En el 2014, el sueldo base es de 3’092.000 pesos. Y un juez municipal, que se ganaba 3,2 millones hace 12 años, hoy recibe 7’970.000 pesos. Son, en plata blanca, 4’770.000 pesos más.
En el mismo lapso, el salario mínimo pasó de 309.000 pesos a los 616.000 pesos de hoy. Es decir, en estos 12 años el crecimiento del mínimo ha sido de apenas 300.000 pesos.
En contravía con lo que pasa en la mayor parte de la nómina del Estado, los aumentos son mayores en los niveles más altos. Así, en el mismo lapso, el ingreso de un juez del circuito pasó de 4,1 millones a casi 9,5 millones de pesos, y el de uno especializado, de 4,6 millones a más de 10,5 millones de pesos.
Los analistas coinciden en la importancia que tiene para cualquier país que los operadores de justicia estén entre los mejor remunerados del Estado, no solo para atraer a los mejores abogados sino como dique adicional contra la corrupción.
Pero, según Gloria María Borrero, directora de la Corporación Excelencia en la Justicia, el reconocimiento salarial debería lograrlo quien tiene más méritos y no quien tiene más capacidad de presionar, como pasa con los paros judiciales.
“Es cierto que hay una brecha entre magistrados y jueces, pero se ha logrado un acuerdo para ir ajustando el tema. Parece que quienes deciden hacer el paro están de espaldas a la realidad del país y están exigiendo mucho sin demostrar resultados suficientes”, dice.

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